QU ES SQUIRTING?

¿Cabe el squirting dentro del sexo? Es decir, ¿puede darse el escenario idílico para este modelo de eyaculación femenina en encuentros sexuales? La respuesta es sí.

Bien es cierto que no estamos ante un orgasmo habitual, ya que esta modalidad supone la intensificación del placer femenino en su máximo nivel por medio de una descarga de líquido mucho más abundante de lo normal, pero existen pautas que pueden conducir a ello.

En primer lugar, es esencial que la chica tenga una conciencia amplia de su cuerpo. Este debería ser el punto de partida a la hora de mantener relaciones sexuales de cualquier tipo, puesto que de esta forma, conociendo debilidades y fortalezas, el camino hasta el placer será siempre más eficaz.

La tranquilidad supone el segundo peldaño que habría que conquistar si buscamos culminar con esta práctica tan deseada, y es que el nerviosismo y la ansiedad podrían acabar dinamitando la consecución de todo propósito.

Una vez alcanzadas estas dos premisas, llega el momento de pasar a la acción, de convertir el sexo en un ritual de cercanía. La lubricación marca el comienzo recomendado y previo a todo estímulo, por lo que sería el mejor inicio de cara a la obtención de un buen squirting.

A partir de ahí, es necesario hacer de los preliminares un juego intenso capaz de ir aumentando la excitación poco a poco, sobre seguro, sin dejar espacios vacíos. Para ello, nada como recurrir a la humedad de los besos, lo incisivo de determinadas caricias y cualquier otra forma de tacto que pueda prolongar el estado de placer.

Eyaculacion Femenina

Ahora bien, no hay que obviar la pregunta recurrente cuando los preliminares comienzan a quedarse cortos: ¿cuál es el epicentro sobre el que debe orientarse la estimulación que pretende llegar al squirting?

El clítoris como primer motor es sin duda el mejor aliado. La variedad de movimientos sobre él conforman el trayecto inequívoco, ya sea por medio de deslizamientos circulares o mediante una gran variedad de distintas maneras de presionarlo a diversas velocidades.

Tras esto, llega el momento clave. Se trata de impulsar la excitación del punto G, que está ubicado en una zona tan sensible como es la cercana a las glándulas de Skene, que a su vez son las encargadas de llevar a cabo este modelo de eyaculación femenina.

Los orgasmos más satisfactorios provienen de ahí, por lo que resulta imprescindible recrearse en estimular este espacio.

Es importante que durante la penetración con los dedos, al mismo tiempo que se masajea el clítoris, la chica haga movimientos de pelvis encogiendo el culo, pues esto facilita la contracción de los músculos y la llegada del líquido en cuestión, que será inminente cuando ella empiece a notar una sensación muy parecida a las ganas de orinar. Llegados a este punto resulta vital no detenerse.